Las piedras de granito que se colocan entre las vías del tren se llaman balasto. Su función no es otra que la de fijar los durmientes, las piezas de madera o cemento que se atraviesan en la vía férrea para sujetar los rieles.
La presión bajo una traviesa, con un tren circulando sobre ella, puede llegar a ser de 6,8 kg./cm. cuadrados, pero dado que un firme de grava puede soportar tan sólo 3,4 kg./cm. cuadrados es necesario algún tipo de refuerzo.
El balasto sujeta la vía en su emplazamiento y le proporciona el drenaje adecuado, a la vez que reparte la presión bajo la traviesa para impedir que el subsuelo blando se dañe con el peso de los trenes.
Fuente: http://www.todotren.com.ar/
genial la explicacion
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