En 1788 Francia tenía una enorme deuda nacional y demasiados privilegiados, que de manera injusta pagaban pocos impuestos. Esto causó tal convulsión, que el rey Luis XVI convocó a una asamblea de un cuerpo de representantes nacionales, que no se había reunido desde 1614: los Estados Generales.
Constaba de 300 representantes del Primer Estado (el clero), 300 del Segundo Estado (la nobleza) y 600 del Tercer Estado (los comunes). Cuando la asamblea se reunió en Versalles, en mayo de 1789, prevalecía la costumbre de situar a los invitados de honor a la derecha del anfitrión. La nobleza y el clero se sentaban a la derecha del rey y los comunes a su izquierda. En junio de 1789, el rey dio a los Estados el reconocimiento de la Asamblea Nacional. En la nueva asamblea, los miembros más radicales se sentaban a la izquierda de la tribuna del orador y los menos fervientes a su derecha.
Imagen de la pintura de J. L. David en la que se recoge la escena del juramento de la Asamblea Nacional de 1789 |
Hablar de "izquierda" y "derecha" se convirtió en una rápida descripción para las distintas facciones en la política francesa. A pesar de los problemas políticos y sociales, Francia era el centro cultural e intelectual indiscutible de Europa, y tales términos se popularizaron en muchos países para designar a los radicales y a los conservadores, respectivamente. Estos términos aún se usan, en ocasiones veladamente. Mientras que el "ala izquierda" describía a gente con ideas socialistas o comunistas, los acendrados comunistas en la otrora Unión Soviética solían ser descritos como el "ala derecha", porque expresaban su apoyo a un nuevo orden común, conservador y de visión política reaccionaria.
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